Las voluntades ajenas |
Quien dirige otras personas debe de tener muy claro su trabajo es el servicio, no la vanidad del mando. Conseguir el que otros hagan lo que pides y deseas te será labor difícil, más difícil que tú hacerlas. No pretendas dirigir lo que hagan los demás si antes a tu propia vida no has sabido encarrilar. Si estás ciego de pasiones no verás que es evidente que de un conductor ciego no se va a fiar la gente. Si pretendes que te sigan debes de ser tú el primero en esfuerzo y valentía protegiendo a todos ellos. Debes conocer muy bien, actuando con prudencia, ser valiente y decidido y prever las consecuencias. |
Ante todo tú procura ser humilde y ejemplar, entregarte tú primero, sólo así te seguirán. Pues si tú no amas primero ellos no te van a amar, y si antes no te aman, menos te obedecerán. Ante las dificultades debes ser muy comprensivo, colabora, facilita y no exijas sin motivo. Si utilizas la violencia ya lo has dado por perdido, justificas que los otros hagan contra ti lo mismo. Además tú nunca olvides respetar su libertad, porque cada cual es libre y decide adonde va. En el fondo todos buscan una cosa elemental, que les quieran y respeten y poder vivir en paz. |
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Las voluntades ajenas todos quieren manejar, pero cada cual es libre y decide adonde va. Piensa el niño cómo puede de sus padres conseguir que le cumplan el capricho que le va a hacer muy feliz. Cuando un chico busca chica piensa cómo logrará que le quiera y que le acepte sin quitarle libertad. Quieren conseguir los padres en sus hijos su ideal, y no saben darse cuenta que ellos lo decidirán. |
Los políticos pretenden transformar la sociedad, que la gente sea sumisa y la puedan manejar. Hay también líderes malos que les mueve la ambición del poder y la riqueza, llevan a la perdición. Utilizan el engaño, el soborno, la violencia, todo tipo de maldades, del poder nadie los mueva. Hasta enfrentan a personas falsificando la historia, malos líderes que crean más rencores y discordias. |