Don Valentín en verano
lleva los niños a Suances
para que vean el mar,
se diviertan y descansen.

Este año se disponen,
es julio del treinta y seis,
los jóvenes que les cuidan
les acompañan también.

Son tiempos de agitación,
de escasez, paro y miseria,
los patronos pagan poco,
los obreros hacen huelgas.

Hay muchos agitadores
que pretenden hacer guerra,
quieren la revolución
como en Rusia sucediera.

Se oyen malas noticias,
hay disturbios y conflictos,
incendian muchas iglesias,
y asesinan a políticos.

El gobierno es incapaz,
o no lo quiere impedir,
todos temen que esto acabe
en una guerra civil.


Generales del ejército,
se han sublevado en África
y otros, al día siguiente
lo hacen por toda España.

Hay miles de asesinatos,
España se ha dividido,
donde triunfa el alzamiento
y donde es reprimido.

Ha comenzado una guerra
que enfrenta amigos y hermanos,
hay descontrol, desgobierno
y rencores desatados.

Don Valentín y sus chicos
ahora que están en Suances
no podrán volver a Burgos,
allí triunfa la otra parte.

El poder aquí lo ejercen
milicianos y anarquistas,
van contra la religión,
prohíben celebrar misas.

Don Valentín en secreto
dice misas y confiesa,
sigue vistiendo de cura,
en esto mucho se arriesga.
Los de la Casa del Pueblo
se han enterado y lo arrestan,
junto a él también se llevan
a los chicos de la orquesta.

A que rechacen a Dios
allí quieren obligarlos,
con amenazas de muerte
pretenden amedrentarlos.

Don Valentín y sus chicos
eso no se han planteado,
no renuncian a su fe
y no le han abandonado.

Estos son Germán, Emilio,
Zacarías y Donato,
juntos permanecen fieles
a Jesucristo su amado.

La luz primera del alba
revela la gran tragedia,
hallan muertos cinco hombres
tirados en la cuneta.

El amor que a Dios tuvieron
fue mayor que a propia vida,
es por eso que ahora gozan
de su Eterna Compañía.