El poder sobre los demás

Componemos sociedades
como éstas en que vives:
las familias, las escuelas,
las ciudades, los países...

donde existen unas normas
y personas que nos rigen,
nos amamos y ayudamos
y así somos más felices.

Hay personas que son jefes,
ellas tienen el poder,
organizan y disponen
y así todo marche bien.

El poder es necesario
en cualquiera sociedad,
mas lo malo es si se ejerce
por la propia vanidad.

Ostentar un alto cargo,
dirigir la sociedad,
el mandar y que obedezcan,
disponer a voluntad.

Esa es la obsesión de algunos
el poder y gobernar,
el sentirse que son dioses
que están sobre los demás.

Esto pasa entre animales,
y en personas mucho más,
se pelean y se matan,
todo hacen por mandar.

Cuando ejercen el poder
sin control y sin medida
avasallan a personas,
eso es una tiranía.

Hasta obligan a cumplir
órdenes que no debían
invadiendo competencias,
causan muchas injusticias.

Por el ansia de poder
todas las guerras se han hecho,
destruyendo, aniquilando y
sometiendo a muchos pueblos. 

En el mundo se han formado
y deshecho los imperios
han quitado a unos tiranos
colocándose otros nuevos.

Los que ejercen el poder
necesitan de otras gentes
que les sigan, les adulen
y les cumplan lo que quieren.

Para ello cuidan mucho
de seguir con sus adeptos
con favores, con dispensas,
con paguitas y con premios.

Utilizan y se valen
del engaño y propaganda,
acusando a su enemigo
de maldades y desgracias.

Con astucia ahora disponen
de los medios necesarios,
los periódicos, las redes,
la televisión, la radio.
 
Si diriges tú a personas
debes de tener muy claro,
tu trabajo es el servicio,
no la vanidad del mando.

Nunca debes ser injusto
ni actuar con prepotencia,
tu poder se pasará y
sufrirás las consecuencias.