San Pedro Simón era un pescador, y Jesús pasa y lo llama, en el mar de Galilea deja todo y lo acompaña. El Señor por todas partes anuncia el reino de Dios, el perdón de los pecados y llama a la conversión. Cuando Jesús les pregunta qué dice la gente de él: -¿Y vosotros qué pensáis? Quiero vuestro parecer. -Tú eres hijo de Dios vivo, eres Cristo, el Mesías. Pedro fue quien eso dijo, por Espíritu sabía. -Eres Pedro y eres piedra para levantar mi iglesia, contra ella no podrá el poder de las tinieblas. |
Siempre al lado de Jesús, Pedro es pronto en responder, por él siente un gran amor, pero es débil en su fe. Se veía muy dispuesto a seguirlo hasta el final, pero pronto tuvo miedo y lo hubo de negar. Testigo de sus milagros, de su trasfiguración, su pasión y muerte en cruz y de su resurrección. Muy amargamente llora su penosa cobardía, otra vez no negará, aunque le cueste la vida. El Señor deja en sus manos el guiado de su iglesia -Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. |
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