El Papamoscas 

La gente camina
por la catedral 
mirando hacia arriba,
delante y atrás.
 
Se oyen los cuartos 
de un viejo reloj, 
alegres sonidos  
de su carillón. 
 
Algunos se inquietan, 
echando a correr,
se van a la entrada
llegando a la vez.

En un ventanal
se encuentra el reloj 
y sus campanadas
las toca un señor.

Con ceño fruncido
y adusta mirada,
sus dientes muy grandes
y roja casaca.
Es el Papamoscas 
muñeco burlón,
que abre la boca
la una, las dos,

las tres y las cuatro,
las cinco, las seis...
Si estáis despistados
ya no lo veréis.

Su fiel ayudante,
es el Martinillo,
que toca los cuartos
desde un balconcillo. 

Mirando hacia arriba 
alguno se emboba
al dar la campana  
abriendo su boca.