| El lápiz Era un lápiz nuevo, largo y reluciente, de colores bellos y punta reciente. Comenzó su vida en manos de un niño, su nombre tenía en un lado escrito. Pasaron los días, y se fue gastando, y entre las pinturas costaba encontrarlo. Chupado y mordido, llevaba marcados los dientes del niño por todos sus lados. Perdido su brillo, daba pena verlo, le miraba el niño ya con menosprecio. |
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Mas él se sentía feliz y dichoso de toda su vida decía orgulloso: Pues mi vida ha sido servicio y amor hacia este niño de mi corazón. Siempre juntos fuimos de casa a la escuela, juntos escribimos sus primeras letras. Hemos hecho juntos cosas muy valiosas, resuelto problemas y contado historias. Y hemos dibujado montañas, un río, el sol con un árbol y sus pajaritos. |
Incluso aquel día |
estaban huecos por dentro |