El engaño


Hay gente malvada
que sabe engañar
mezclando mentiras
y alguna verdad.

Los ves en la tele,
la prensa y la radio,
les gusta salir
en los telediarios.

Acusan a otros
de muchas deshonras,
no dicen que ellos
las hacen más gordas.
Destruyen la fama
de buenas personas,
pretenden que todos
se pongan en contra.

Los mínimos fallos
son muy publicados,
sus buenos trabajos
del todo ignorados.

Hay gente inconsciente
que toma por cierta
cualquier cosa mala
que de otros le cuentan,

y nunca se paran
a reflexionar
si aquello que escuchan
no sea verdad.
Sin más lo propagan,
no tienen cuidado,
y de esa manera
prosigue el engaño.

Tenemos tendencia
a pronto creer,
los falsos halagos
nos parecen bien,

y no nos creemos,
ni queremos ver
cuando alguien nos dice
que eso es al revés,

no tienes derecho,
tú no eres mejor,
y que tu enemigo
tenía razón.
No puedo impedir
el que alguien me mienta,
por eso yo debo
saber darme cuenta.

Pues soy responsable
de mi propio engaño
cuando me lo creo
sin bien contrastarlo.

¡Qué bien si pudiera
yo diferenciar
cuando alguien me miente,
o dice verdad!

Pues para saber
si son de fiar,
tú mira sus obras
y así lo sabrás.