Crepúsculo La plácida tarde de un día de marzo, cumplido su tiempo dio paso al ocaso, oculto ya el sol el cielo está raso, tomando un color rojizo y dorado, murciélagos vuelan de uno a otro lado, son negras siluetas inquietas danzando, haciendo piruetas entre los tejados, y mientras la luz se sigue apagando volviéndose el cielo oscuro azulado, ya apenas se puede seguirlas notando, tan solo hay luceros... la noche ha llegado. |
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El montón de barro Con botas de goma qué bien que jugamos y nos divertimos cruzando los charcos, los carros pasaban formándose barro, los hombres del pueblo ya lo han retirado y todo en un sitio está amontonado, |
allí que se oree, se vaya secando. Después de unos días de tiempo soleado está ya muy duro, parece compacto, y hay quien apuesta subirse a lo alto, cuando hace la prueba atentos miramos, llegando a la cima sus pies se han colado, |
por más que lo intenta no puede sacarlos. Pedimos ayuda para rescatarlo, su padre lo saca muy sucio y descalzo, sus botas de goma están en el barro... ¡Por fuera muy duro, por dentro muy blando! |