Desde el vientre de mi madre
eres tú mi compañero,
me proteges de los males
y me guías en lo bueno.
Tú presentas mi oración
porque estás siempre a mi lado,
ves el rostro del Señor
y me traes sus recados.
Tú me enseñas el camino
que me lleva hacia Dios,
me previenes del peligro
de caer en tentación.
Y si caigo, ten paciencia,
por favor ayúdame
a tomar la buena senda
levantándome otra vez.
Tú enséñame a tratarlos
con cariño y con amor,
que yo en los necesitados
vea el rostro del Señor.
Ángel de toda mi vida
búscame una mujer fiel,
como hizo con Tobías
el arcángel Rafael.
En la duda hazme más fuerte,
no rechace yo mi cruz,
y en la hora de mi muerte
llévame hasta Jesús.
Gracias angelito amigo
por tu gran fidelidad
por estar siempre conmigo
y venirme a consolar.
